Comprensión e interpretación de textos

¿Cómo entender un texto?
Básicamente, se debe pensar en dos tipos de lectura: la informativa y lainterpretativa. La primera (la informativa) debe hacerse cuidadosamente, por ser el primer contacto con el nuevo texto. De esa lectura, se extraen informaciones sobre el contenido abordado y se prepara el próximo nivel de lectura. En el caso de la segunda (la interpretativa), se deben resaltar las palabras claves, pasajes importantes y usar una palabra para resumir la idea central del párrafo. Este tipo de procedimiento permite agilizar la capacidad mental y la visualización, lo que favorece el entendimiento.
No se debe olvidar que, aunque la interpretación sea subjetiva, existen límites que deben ser respetados. La preocupación deber ser la captación de la esencia del texto, porque el texto, originalmente, no nos pertenece. Estamos tratando de entender lo que el escritor nos quiere decir, y lo que él puede estar diciendo no es necesariamente lo que estamos entendiendo. La comprensión de un texto no nos autoriza a torcer el pensamiento del escritor a nuestro favor.

En el caso de los texto literarios, es vital conocer las relaciones de aquel texto con la cultura local y correlacionar eso con textos afines procedentes del mismo contexto geográfico e histórico. Por ejemplo, un texto de 500 años atrás está arropado por una cultura, una historia y un contexto social totalmente diferentes del nuestro, aunque en cierto sentido sea lo mismo. Es como decir, hombre es hombre, sea aquí o allí; sea el de 500 años atrás o el de ahora. Lo que muda es el contexto y ese contexto debe ser sopesado.
Una de las fases más importantes para entender e interpretar un texto, es verificar si las preguntas que están relacionadas están siendo respondidas. Es bueno preguntarse sobre: dónde, por qué, cuándo, cuántas veces, de qué forma, cuál es la causa, cuáles son los elementos implicados, quiénes son los actores, cuál es el contexto histórico, geográfico, cultural, etcétera. A medida que respondemos estas preguntas, la historia se nos quedará más clara.
En concursos públicos
En relación a los concursos públicos, los estudiosos del tema indican que muchas veces se debe trabajar con el concepto de lo “mas apropiado”, esto es, lo que mejor responde a la pregunta propuesta en un examen o prueba, sea cual sea. Una respuesta puede ser mejor para responder una cierta pregunta, pero, en un concurso, la banca puede estar con una idea diferente a la nuestra. Lo que es “lógico” para nosotros no se aplica en ese caso, ya que, como “competidores”, tenemos que prever lo que la banca examinadora puede estar pensando y, generalmente, la forma como los textos son contextualizados, busca eliminar la mayor parte de los concursantes.
Para hacer un análisis textual, y finalmente llegar a la comprensión del texto que está ante nuestros ojos, se pueden considerar diversos modelos. Algunos de los cuales son: el análisis léxico, el análisis sintáctico y/o el análisis semántico. El uso individual de estos tres modelos, o la combinación de ellos, dependerá de las circunstancias que nos obligan a su uso o no. Recordando que, en una prueba de esta magnitud, el tiempo es apremiante y perturbador, por lo que hay que trabajar con una cierta celeridad, pero sin perder la paciencia y el equilibrio emocional, que son esenciales para soportar la presión del momento.
En las pruebas, algunas preguntas incluyen fragmentos de textos, que son transcritos para que sirvan como base de análisis. Por eso es bueno retornar al texto principal para comparar, aunque parezca una pérdida de tiempo. La descontextualización de las palabras o frases, tienen, en muchos casos, la función de confundir al lector y crear dudas en su razonamiento. Para compensar esa pérdida de comprensión, se deben leer las frases del contexto inmediato (anterior y posterior) de la frase, para poder recuperar la idea principal y el sentido global propuesto por el autor. De esta forma, la respuesta estará más próxima de la realidad.

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